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Portada del artículo de Víttrea que habla sobre las consecuencias de la contaminación visual y como combatirla.

Consecuencias de la Polución para nuestra vista

La contaminación del aire es un tema muy de actualidad del que debemos tomar conciencia ya que es un factor de riesgo importante para nuestra salud, incluidos nuestros ojos. En este artículo hablamos de enfermedades consecuencia de la polución y os damos algunas recomendaciones para evitarlas.

La polución o contaminación del aire es un factor de riesgo importante para la salud. De hecho, ya afecta a 9 de cada 10 personas en el mundo con consecuencias tan graves como accidentes cerebrovasculares o cánceres de pulmón, entre otros.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 91% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de calidad del aire exceden los límites fijados por esta misma organización. La alta concentración de humo del tráfico, los compuestos químicos de fábricas e industrias, la contaminación de las calefacciones, el polvo o el polen contribuyen al incremento de enfermedades. Entre ellas, también estarían las enfermedades que afectan al ojo.

¿Cómo afecta la contaminación visual a los ojos?

La polución es uno de los factores de riesgo del ojo seco, además de poder causar irritación e inflamación de la superficie ocular, como queratitis o conjuntivitis. Cuando no llueve y ni siquiera hace aire, los elevados niveles de contaminación de las ciudades más pobladas pueden provocar irritación en los ojos, ardor, enrojecimiento y lagrimeo, además de sensación de quemazón y escozor..

Una de las primeras afectadas por la polución es la película lagrimal, que nutre y protege el ojo, ya que empeora su calidad y repercute en la inflamación de la superficie ocular, propiciando el síndrome del ojo seco. Tanto la córnea como la conjuntiva (delicada membrana elástica que recubre la cara interna de los párpados y de la superficie anterior del globo ocular) se ven afectadas por los agentes nocivos del entorno, pudiendo provocar inflamación de ambas estructuras. Como consecuencia de esto, pueden aparecer las siguientes lesiones:

  • Queratitis: fruto del contacto con aguas contaminadas o sustancias tóxicas.
  • Conjuntivitis irritativa: fruto de la exposición continuada a humos, gases o diferentes productos químicos.

Otros posibles efectos de la polución pueden ser el agravamiento de ciertas alergias oculares y el aumento de intolerancias a las lentes de contacto, cuyos hábitos de uso e higiene deben ser especialmente cuidadosos para evitar posibles complicaciones.

La contaminación del aire es uno de los factores de riesgo del ojo seco. La película lagrimal empeora su calidad inflamando la superficie ocular y propiciando el síndrome del ojo seco.

La reducción de la capa de ozono es otro de los efectos de la contaminación que preocupa a nivel mundial ya que, a medida que disminuye, pierde la capacidad de absorber los rayos ultravioleta. Como consecuencia, aumentan los efectos dañinos sobre la salud, también de nuestros ojos.

No protegerse adecuadamente ante una radiación solar intensa y prolongada puede provocar las siguientes lesiones:

  • Sequedad ocular.
  • Fotoqueratitis.
  • Pterigion (tumor no canceroso).
  • Tumores palpebrales o conjuntivales.
  • Aceleración de patologías degenerativas como cataratas o degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

 

¿Cómo debemos proteger nuestros ojos de la contaminación visual?

Nuestros ojos necesitan humedad para estar confortables. El parpadeo, junto con una alimentación saludable, ayudan a que estén cómodos. Esa es la razón por la que parpadeamos unas 12.000 veces al día de media. Pero parpadear es algo más que extender agua por los ojos.

Las lágrimas están formadas en realidad por tres capas que incluyen agua, mucina (lubricante) y lípidos (barrera protectora). Cada capa tiene su objetivo. El agua es para la humectación, mientras que los lípidos contribuyen a evitar que el agua se evapore demasiado pronto y la mucina garantiza que todo se extienda uniformemente. No obstante, la protección que se obtiene parpadeando es limitada.

Para prevenir estas dolencias oculares provocadas por altos niveles de contaminación, te dejamos una serie de recomendaciones para proteger tus ojos:

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  • Utiliza gafas de sol con filtro UV mientras estás al aire libre.
  • Emplea gotas lubricantes oftalmológicas prescritas por un especialista.
  • Bebe muchos líquidos y mantente hidratado.
  • Evita exponer tus ojos al humo de cigarros o ambientes muy cargados.