El trabajo del odontólogo está condicionado por factores relacionados con la ergonomía:
- Campo o áreas de trabajo reducido, con zonas de difícil y complicado acceso, un trabajo de precisión que requiere técnicas con alta capacidad de concentración.
- Imprescindible iluminación adecuada y posiciones de trabajo correctas.
- Se requiere habilidad manual, para realizar auténticas maniobras finas y precisas.
- Equipamiento, materiales e instrumental muy específicos.
- Continuo proceso de toma de decisiones.
Todo ello suele derivar en posturas y actitudes físicas forzadas e inadecuadas. Con el tiempo pueden aparecer diversos riesgos para la salud, como dolores musculares, problemas de espalda, molestias visuales, etc.
Cuando usamos sistemas de magnificación, desde los más simples a los más avanzados, estamos propiciando también el trabajo ergonómico y la correcta higiene postural, evitando dolores en cuello y espalda. Todo ello se ve reforzado cuando además incorporamos sistemas de iluminación que ayudan a obtener imágenes más claras y precisas.
Se calcula que aproximadamente un 71% de los odontólogos y un 85% de los higienistas sufren dolores y lesiones provocadas por una mala postura en sus puestos de trabajo.
“Lo que no puede ser visto no puede ser tratado.”
Nueve reglas para una mejor ergonomía en odontología
- Pies completamente apoyados en el suelo
- Piernas y muslos a 90º o un poco más
- Muslo y espalda a 90º o un poco más
- Buen apoyo lumbar para no alterar la normal curvatura de la columna
- Codos pegados al cuerpo ligeramente adelantados
- Antebrazos y brazos a 0º o un poco más
- Hombros relajados
- Cabeza /cuello en posición recta
- Inclinación máxima del cuello 25º-30º