Anatomía Visual: Partes del Ojo Humano
Hoy en día, nuestro mundo es cada vez más visual. Captamos una gran información de nuestro alrededor gracias al sentido de la vista y eso nos permite realizar infinidad de actividades de nuestra vida diaria. De hecho, el 80% de la información que recibimos de nuestro entorno, nos llega a través de nuestros ojos. ¿Quieres descubrir cuáles son las claves del sistema visual?
Hemos visto en anteriores entradas algunos consejos para cuidar nuestra visión en el contexto de salud laboral en odontología y por qué es tan importante prestar especial atención a la ergonomía visual. Hoy vamos a conocer el funcionamiento del ojo, órgano principal del sistema visual, analizando las partes más importantes de la estructura ocular y sus funciones principales.
Anatomía del ojo
La esclerótica, o lo que se conoce como el blanco del ojo, es una capa resistente que cubre y protege el interior del ojo.
La córnea es una capa transparente que permite la refracción y la transmisión de la luz.
La película lagrimal transporta el oxígeno hasta la córnea y nos ayuda a mantener los ojos sanos y confortables.
El iris es la parte del ojo que tiene color y regula el paso de luz.
La pupila es la abertura redonda de color negro que está en el centro del iris y que permite que entre la luz.
El cristalino, suspendido detrás del iris, es con el que enfocamos tanto de cerca como de lejos.
La retina es una capa muy fina de millones de fotorreceptores que se denominan bastones y conos.
El nervio óptico es el encargado de transmitir la información visual desde la retina hasta el cerebro.
Funcionamiento de la vista
Ahora que ya conocemos un poco más la estructura del ojo, es el turno de saber cómo se produce la visión.
La manera en que vemos las cosas forma parte de un proceso complejo donde se producen una serie de pasos en el ojo y el cerebro.
Los objetos emiten o reflejan radiaciones luminosas que penetran en el interior del globo ocular a través de la pupila. La pupila se dilata o contrae en función de las condiciones lumínicas por la acción del iris. Posteriormente, la señal luminosa pasa por la córnea, el cristalino y la cámara interior acuosa hasta llegar a la retina, la parte fotosensible del ojo, donde se encuentran las células receptoras de la luz: los conos, encargados de la visión de los colores, y los bastones, que se encargan de la visión en condiciones de poca luminosidad. Estas células transforman la luz en energía electroquímica que se transmite al cerebro a través del nervio óptico.
Todo este proceso es muy fácil de entender si comparamos el funcionamiento del ojo con una cámara de fotos:
1. La luz se enfoca en la córnea, la superficie transparente de la parte frontal del ojo, la cual actúa como el lente de una cámara.
2. El iris funciona como el diafragma de una cámara, controlando la cantidad de luz que llega a la parte de atrás del ojo, ajustando automáticamente el tamaño de la pupila.
3. El cristalino está ubicado directamente detrás de la pupila y enfoca la luz. A través de un proceso llamado acomodación, este lente ayuda a que el ojo se enfoque de forma dinámica en una distancia de cerca, como el lente de autoenfoque de una cámara. A mayor edad menos capacidad de acomodar.
4. La luz, que es enfocada en la córnea y el cristalino y limitada por el iris y la pupila, llega a la retina, una capa interna sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo. La retina actúa como el sensor de imagen electrónico de una cámara digital y convierte las imágenes ópticas en señales electrónicas.
5. Por último, el nervio óptico transmite estas señales a la corteza visual, la parte del cerebro que el sentido de la vista.
Como veis, el sistema visual es un tema apasionante y con un montón de curiosidades que iremos desgranando en próximas entradas.